INTERNACIONAL… Alejandro López: Chávez lo revivió y retomó una lucha que solo estaba en cuadros y libros El ideario político de Simón Bolívar tiene más vigor que nunca 21 julio 2013


En tiempos de paz el Padre de la Patria “trató con mucho respeto a la disidencia política”, comentó el historiador. El bolivarianismo “es una doctrina social y política que ha influido indudablemente en la historia del continente americano”, destacó Juan Manuel Karg
El escritor colombiano William José Hernández Ospino aseguró que “hoy más que nunca el ideario político de Simón Bolívar y su filosofía de hermanamiento continental cobran vigor”.
Desde Santa Marta, en su natal Colombia, dijo al Correo del Orinoco que “es indispensable que surjan caudillos que en sus discursos y en sus acciones hagan realidad el sueño trunco del Libertador”.
Aseguró el filósofo y docente universitario que en el continente americano se padecen los mismos atropellos denunciados por el Libertador en la Carta de Jamaica.
“Las barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferio de Colón. Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por los críticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades”, comentó, citando al Libertador.
En su opinión, los países de la región no son plenamente libres. “Estamos todavía sujetos a otras cadenas. Este continente ha perdido sus esperanzas, y la palabra y doctrina de Simón Bolívar es el evangelio al que América Latina debe acogerse para alcanzar su libertad y salvación política”, sentenció el autor de la novela La Verdad  más allá de mi tumba.
EFECTIVIDAD BOLIVARIANA
El catedrático, quien ha desarrollado en la Universidad del Magdalena una línea de investigación sobre la historia regional del Caribe colombiano, derechos humanos en la conquista española y diversidad cultural, reseña que la efectividad y clarividencia de la doctrina bolivariana se perciben claramente en el discurso sobre el Proyecto de Constitución para Bolivia.
Acotó el investigador que esta “fue una de las armas que usaron todos los enemigos de Simón Bolívar para acusarlo de tirano; incluso, para llamarlo el ‘Napoleón de América’”.
“En esta Constitución, llamada por los liberales exaltados de Bogotá ‘Constitución Boliviana’, se plantea por primera vez la separación benigna de los poderes civil y eclesiástico, y esta idea propuesta por el genio caraqueño fue después asumida por todas las constituciones del continente americano y de todo el mundo”, acotó.
Según Hernández Ospino, la influencia y efectividad de la doctrina política de Simón Bolívar han tenido gran repercusión a escala mundial. De hecho, asegura que la plena liberación de la esclavitud en Norte América, “una de las más dolorosas e inhumanas del planeta”, se dio precisamente gracias a la influencia de Bolívar.
Asimismo, señaló que las pocas leyes justas concebidas dentro de los parámetros del Derecho Positivo por los legisladores de este continente han sido inspiradas en la insistencia bolivariana de crear leyes justas, lo cual constituyó, a su juicio, una de las controversias con Francisco de Paula Santander.
“Simón Bolívar pretendía leyes basadas en el Derecho Natural (Ius Naturalis); en cambio Santander propugnaba leyes antinaturales, es decir, leyes que favorecieran a las oligarquías criollas”, asintió el experto, quien demás se refirió a otro de los planteamientos del Libertador para reforzar esta afirmación: “Yo considero que la sabiduría de todos los siglos no es suficiente para componer una ley fundamental que sea perfecta, y que el más esclarecido legislador es la causa inmediata de la felicidad humana”.
SIMILITUDES COYUNTURALES
En opinión del experto, existen grandes similitudes entre las situaciones coyunturales que se presentan actualmente en América Latina y las que enfrentó Bolívar en el pasado.
“No solo América Latina, sino toda la América Meridional, como prefería llamarla Simón Bolívar cuando se refería a su fallido Congreso Anfictiónico de Panamá, se encuentra viviendo otra vez las mismas circunstancias políticas de un imperialismo sutil en apariencia para el pueblo ignaro, pero evidente para las inteligencias críticas y lúcidas”, lamentó.
En tiempos de la revolución independentista “liderada por el prohombre venezolano”, aseguró, “el pueblo entero se estremecía por el peso y el terror de las encomiendas y las alcabalas”.
Hoy día, comparó, el pueblo colombiano padece las nefastas consecuencias de un Tratado de Libre Comercio (TLC) que no beneficia a las minorías, sino que empobrece más a los pequeños empresarios que no pueden competir con las grandes multinacionales.
“El desamparo del pueblo en el cumplimiento de los derechos fundamentales es una manera de opresión y de esclavitud”, precisó el escritor, para quien “la persecución de los intelectuales que cuestionan las instituciones del Estado es una forma de involución en asuntos de derechos humanos”.
RUMBO PERDIDO
Sostiene William Hernández Ospino que “en Colombia nunca se han seguido los lineamientos planteados por Simón Bolívar”, y que en las otras naciones que liberó del yugo español, el rumbo político pudo haberse perdido.
“Me arriesgo a afirmar que, después del rompimiento de la Gran Colombia, las repúblicas conformadas por el genio político de Simón Bolívar perdieron el rumbo y se camuflaron debajo de las alas del águila de los Estados Unidos”, reflexionó.
El investigador considera que la Doctrina Monroe y la Alianza para el Progreso, así como todas las estrategias aplicadas por los Estados Unidos para dominar a América del Sur “reemplazaron el proyecto escrito por el Libertador en sus proclamas, discursos y en sus incontables cartas”.
Dijo que “en contra de los Santanderistas, maestros jurisconsultos y expertos en leyes truculentas”, hay que reiterar las siguientes palabras de Simón Bolívar, tomadas de la Carta de Jamaica: ‘“Toda idea relativa al porvenir de este país me parece aventurada”’. Aclaró que cuando el Libertador habla de país en este apartado se refiere a todas las repúblicas que soñaba construir.
El experto insiste en destacar la relevancia Carta de Jamaica, al señalar que esta es un “discurso profético” que a su criterio debería ser “la fuente” en la que todas y todos los gobernantes y estadistas de este continente “beban para dirimir y resolver los conflictos”.
Al hacer mención de unos de sus últimos párrafos, Hernández Ospino recurre nuevamente al documento histórico para demostrar que, mediante el legado heredado de ese gran hombre llamado Simón Bolívar, también se pueden fortalecer los vínculos entre las naciones hermanas.
‘“¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto es para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración, otra esperanza es infundada, semejante a la del abate St. Pierre que concibió el laudable delirio de reunir un Congreso europeo, para decidir de la suerte de los intereses de aquellas naciones”’, expresó, de nuevo con palabras del Libertador.
INTEGRACIÓN, DIFÍCIL CAMINO
Sin ánimos de ser pesimista, el escritor estima que algunas de las actuales iniciativas de integración planteadas en la región van a experimentar ciertas dificultades, dado que en el fondo, “el ideal de hermanamiento de pueblos está sujeto a los intereses impuestos por el imperio de los Estados Unidos y de las multinacionales extranjeras que explotan la riqueza de nuestro suelo”.
Advirtió que “mientras las instituciones de América Latina no sean independientes y originales en sus postulados, nunca habrá un derrotero común”. Para ilustrar esta situación, expresó que en Colombia todavía se repite la célebre frase del expresidente Marco Fidel Suárez, “quien en un estado febril de alucinación clamaba: ‘Réspice polum’, lo que en traducción al castellano significa “la estrella está en el Norte”.
De igual forma, hizo alusión a otro mandatario del país neogranadino, quien sin ningún tapujo manifestaba: “’Falta una estrella en la bandera de los Estados Unidos”’.
Asegura el analista que “con este complejo de inferioridad, sintiendo más grande al país del Norte y a las potencias extranjeras, es imposible que Mercosur, Unasur y Celac edifiquen un edificio poderoso en el que cada país nuestro sea un bloque de piedra difícil de vulnerar”.
LUCHA POR LA INDEPENDENCIA
De acuerdo con el historiador Alejandro López, el pensamiento de Simón Bolívar sigue estando vigente en Venezuela y se evidencia principalmente en la lucha incansable por la Independencia.
“Este aspecto medular que definió la idea y la acción de Bolívar se ha convertido hoy en día en una política integral; una avanzada transformadora y definitivamente liberadora”, detalló, en entrevista con el Correo del Orinoco.
En contraste, destaca en los países hermanos, “a pesar de las distancias ideológicas, existe una conciencia de unidad que poco a poco ha transcendido el mero espacio de los organismos multilaterales”. Queda entonces, a su criterio, seguir trabajando e  seguir impulsando el hermoso proyecto de la Patria Grande.
Pondera el experto que, de acuerdo con la doctrina bolivariana, la mejor forma de ver y gobernar a los pueblos es escuchándolos y permitiendo su participación. “Si algo Bolívar tenía en cuenta era que cada pueblo tenía características únicas y la forma de gobernarlo era atendiendo directamente a las particularidades, pero sin dejar a un lado los vínculos comunes, destacando siempre que pertenecemos a la gran comunidad del género humano donde somos distintos e iguales a la vez”, argumentó.
CON CHÁVEZ LA HISTORIA VOLVIÓ A RESPIRAR
Recalcó López que en su tiempo, las propuestas políticas planteadas por Bolívar en 1812, 1815, 1819 y 1826 cumplieron con dos objetivos: asegurar la Independencia en el campo de guerra e iniciar el arduo proceso que implicó la organización de las Repúblicas libres.
No obstante, destaca que a futuro, “las oligarquías y los intereses extranjeros dieron al traste con estos avances y eventualmente los pueblos americanos se sumieron en un letargo político hasta la llegada de la Revolución Bolivariana”.
Refirió que “el comandante Hugo Chávez revivió a Bolívar, la historia comenzó a respirar y se retomó una lucha que solo estaba en cuadros y libros envejecidos”. De esta manera, prosiguió, empezamos a hablar de unidad americana y se han estado consolidando formas de organización legítimas y más justas. “Cartagena, Jamaica, Angostura y Bolivia se han convertido en referentes; en hojas de ruta hacia la liberación definitiva”, resumió.
UN SOLO PARTIDO: LA INDEPENDENCIA
Sobre la visión que tenía Bolívar de los partidos políticos, el investigador hizo referencia a la Carta de Jamaica, donde el luchador  se refería a la ineficacia del modelo político que se había adoptado en Venezuela a partir de 1811; “específicamente a las instituciones representativas partes de un modelo federal que siempre fue criticado por el Libertador por acrecentar las divisiones y acentuar los regionalismos en un momento crucial donde la victoria contra el enemigo español dependía de una férrea unidad de acción”.
Dijo que los partidos políticos a los que hizo referencia Bolívar en el referido documento nada tienen que ver con las organizaciones que conocemos actualmente.
“En ese momento histórico, específicamente en 1815, cuando el Libertador se encontraba exiliado, buscando la forma de reconquistar a Venezuela, cualquier división o desencuentro político significaba la derrota”. En esa coyuntura, acentuó el especialista, “todos debían tener un solo partido: La Independencia”.
RESPETO A LA DISIDENCIA EN TIEMPOS DE PAZ
López puntualizó que, durante la guerra, aquellas o aquellos que se oponían a un gobierno libre e independiente en América eran considerados enemigos: “Los españoles lo fueron y la derrota sobre ellos fue aplastante”.
Sin embargo, afirmó que en tiempos de paz, si es que alguna vez la hubo realmente, “Bolívar trató con mucho respeto a la disidencia política y siempre mantuvo relaciones políticas con quienes le adversaban; los enfrentó  siguiendo las reglas de juego”. Los ejemplos más destacados, reconoció el analista, fueron Francisco de Paula Santander y José Antonio Páez.
Además señaló que una vez lograda la Independencia, la propuesta de Simón Bolívar para encontrar solución a los conflictos políticos que pudiesen presentarse entre distintos bandos, era el diálogo y la discusión.
“En muchas oportunidades, Bolívar descartó la guerra como medio de solución de enfrentamientos internos. Para eso estaban las instituciones por las que tanto se había luchado”, justificó.
REVOLUCIÓN FRANCESA INSPIRADORA
Muchas son las críticas que se han lanzado públicamente en torno al accionar político de Simón Bolívar, sobre todo en los últimos años, cuando hasta se han  puesto en duda sus valores patrióticos, al  señalar que la Revolución Francesa,  calificada por algunos autores como la gran revolución burguesa de la historia, haya sido una de sus fuentes permanentes de inspiración.
A ese respecto, el historiador Alejandro López comenta que si bien sectores de la burguesía impulsaron la Revolución Francesa, sería mezquino obviar la importante participación popular que la misma tuvo.
“Revolución Burguesa o no, lo que pasó en Francia a partir de 1789 significó un cambio de orden; se desbancó a la Monarquía y otro sector de la sociedad asumió el poder”, apuntaló. A criterio del especialista, era obvio que este hecho extraordinario inspirara a Bolívar en el ámbito político y filosófico, pero este “nunca abandonó las ideas de libertad e igualdad”.
Por su parte, el escritor colombiano William Hernández Ospino manifestó que la Revolución Francesa logró inspirar no solo a Simón Bolívar, sino también a los norteamericanos. Según el investigador, este hecho en nada se contradice con sus ideales libertarios y emancipadores, ya que el leit motiv de la Revolución establece que “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos”.
Indicó que todos los movimientos independentistas se nutrieron de los ideales de la Revolución Francesa. “De la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se nutrieron todos los líderes políticos de esa época”, aseveró el estudioso. Además recordó que “Bolívar fue masón, y los masones profesaban los mismos ideales promulgados por la Revolución Francesa”.
EL DESACIERTO DE MARX
López también menospreció la publicación de un escrito periodístico basado en una carta dirigida por Karl Marx a Federico Engels en 1858, donde este este se refiere a Bolívar de forma denigrante.
“Lo escrito por Marx sobre Bolívar, tal y como lo demostró el profesor Vladimir Acosta, parte de una consideración general basada fundamentalmente en fuentes testimoniales marcadamente sesgadas contra el Libertador”, alegó.
Explicó que las consideraciones que, con mucha dureza, el filósofo alemán apunta sobre el Libertador parten desde la visceralidad y no de un profundo análisis histórico-político.
Este escrito, describe, ha sido tomado actualmente como bandera por la derecha venezolana para deslegitimar el valor de la obra de Marx y hacer creer que la izquierda tiene fundamentos antibolivarianos.
“Superficialidad aparte, quien se  tome el tiempo de estudiar la obra de Marx y conocer el pensamiento de Bolívar, encontrará puntos de encuentro porque ambos propulsaron proyectos liberadores y contribuyeron a la construcción de una sociedad más justa y de iguales”, añadió el especialista.
Para el intelectual colombiano William Hernández Ospino, este hecho no es más que uno de los grandes desaciertos del inventor del Materialismo Dialéctico. “El ensayo publicado en el New York Daily Tribune carece de fundamentación científica. Sorprende que un alemán apegado al método, a la rigurosidad y a la constatación de las pruebas no haya estudiado la realidad americana de ese momento”, puntualizó.
Resaltó que no solo existía el libro escrito por Henri Louis Ducoudray Holstein, exmilitar del ejército bolivariano, de quien por cierto el Libertador siempre desconfió de su probidad, y por esta razón lo expulsó de sus filas.
En su opinión, “comparar a Simón Bolívar con Faustino Soulouque, Emperador de Haití, es un desacierto que produce hilaridad”. Sugiere Hernández Ospino que no debe olvidarse que Simón Bolívar fue amigo de Alejandro Petión, quien a su vez fue enemigo de Napoleón Bonaparte, a quien Bolívar calificó de “magnánimo” y de “primer bienhechor de la tierra a quien un día la América proclamará su Libertador”, hecho que asegura, fue ignorado por Karl Marx.
Para refutar a este, agrega el escritor, es necesario revisar los decretos de Carúpano y Ocumare de la Costa, suscritos en 1816, los cuales fueron ratificados ante el Congreso de Angostura en 1819. Además señala que en el Congreso de Cúcuta se decretó en 1821 la libertad de partos o vientres, “por lo cual todo hijo de esclava, a partir de aquel año, nacía libre”.
BOLIVARIANISMO, IDEARIO INTEGRAL
En palabras del politólogo argentino Juan Manuel Karg, consultado también por el Correo del Orinoco, el bolivarianismo es una doctrina social y política que ha influido indudablemente en la historia del continente americano y, en especial, en diversos procesos de liberación que han podido transitar en nuestros pueblos.
“Una de las principales influencias de Bolívar ha sido la resignificación de la noción de unión para los países de América Latina y el Caribe, en contraposición a la doctrina Monroe, implementada por Estados Unidos”, explicó, desde Buenos Aires.
En opinión del experto, Simón Bolívar no actúo en soledad, como a veces pretenden mostrar sus detractores, sino que más bien “encontró aliados en esa tarea de unidad regional como San Martín, Artigas, Morazán y O´ Higgins, entre otros”.
Dijo, además, que el Libertador fue el primero en denunciar el potencial del país del norte para tener una política injerencista en nuestro continente, cuando afirmó que “los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”.
La historia, lamenta el Investigador del Centro Cultural de la Cooperación, “le ha dado la razón a una preocupación de ese calibre, pues ha sido EE.UU el que fogueó golpes de Estado, invasiones y asesinatos en nuestro continente, solo para imponer acuerdos comerciales que beneficiaran a las elites dominantes internas y externas”.
En síntesis, señala que se puede llamar bolivarianismo a un ideario integral (político, social, económico y cultural) que se plantea el desarrollo autónomo de los países de la región, y una verdadera integración de los mismos.
MOVIMIENTOS SOCIALES
Estima el politólogo argentino que la influencia del ideal bolivariano en la conformación de movimientos sociales en América Latina ha sido, de igual manera, muy grande y además prevé que esta va a ir acrecentándose en los próximos años.
“Recientemente ha habido una importante reunión en San Pablo de Movimientos Sociales de todo el continente, que reivindicó el ideario de Bolívar, San Martín y Morazán. Fue la I Asamblea Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA, que reunió a más de 200 delegados de 22 países de América Latina y el Caribe, planteando una perspectiva de transformación social, para avanzar a una segunda y definitiva independencia de nuestro continente, de la mano de las organizaciones populares en todos nuestros países”, informó.
El investigador reconoce que en esos esfuerzos unitarios y conjuntos hay mucho del ideario de unión que planteaba Simón Bolívar. También se reivindica de forma clara y contundente a un conjunto de gobiernos populares surgidos en la última década –en especial a los referenciados en la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA)- que han propiciado mejores condiciones para avanzar.
“Allí Venezuela ha jugado un papel primordial en el alumbramiento de nuevas experiencias militantes en Argentina y en todo el continente. En definitiva, el legado de Simón Bolívar permanece intacto y resinificándose en los más humildes de la América Latina profunda”, concretó.
SOCIALISMO Y BOLIVARIANISMO
Destaca el analista político que el socialismo del siglo XXI planteado en Venezuela durante la gestión revolucionaria y el bolivarianismo que dejó como herencia el Libertador son coyunturas distintas suscitadas en momentos históricos diferentes. Sin embargo, más que establecer diferencias, Karg prefiere marcar similitudes para ser más riguroso con un análisis desde el punto de vista de las ciencias sociales.
“Decíamos unidad latinoamericana como ideario primario del Libertador. Eso ha hecho la Revolución Bolivariana desde 1998 a esta parte, con diversas instancias de integración: ALBA, Unasur, Celac, Mercosur”, precisó el especialista, quien añadió que estos bloques regionales y su impacto geopolítico han sido evaluados por analistas como Atilio Borón, James Petras y Claudio Katz, entre otros. En su opinión, se trata de desarrollos autónomos al poder de EEUU –en especial el ALBA-  herramienta de vanguardia regional.
De igual manera, piensa que hay cierta afinidad en el planteamiento de la resolución de los problemas cotidianos de amplias capas de la población.  Refirió, en ese sentido, que Bolívar mencionaba que “el mejor sistema de Gobierno será aquel que le proporcione a su pueblo la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad política, y la mayor suma de felicidad posible”.
En este punto, destaca el politólogo, la Revolución Bolivariana ha sido una gran escuela: “misiones sociales y derechos laborales han sido pilares indiscutibles de los gobiernos bolivarianos de Chávez y, en la actualidad, de la gestión de gobierno de Nicolás Maduro para el periodo 2013-2019”. Agregó que la iniciativa denominada Gobierno de Calle, encabezada por Maduro, “es una muestra más de esa búsqueda que planteaba el propio Bolívar”.
LA POLÍTICA ESTÁ EN TODO
Sectores opositores al Gobierno de Chávez y ahora al de Nicolás Maduro, aseguran que mediante la doctrina del bolivarianismo se han politizado todos los espacios de la sociedad. A estos grupos, Juan Manuel Karg responde que la política está en todos los ámbitos, bien sean nacionales o internacionales.
“Quien diga que no hace política miente. Muchas veces ha sido el propio neoliberalismo el que intentó mostrar una supuesta neutralidad apolítica, para después vender conclusiones netamente políticas que desfavorecían a las mayorías populares”, criticó.
Al respecto, denunció que durante muchos años nos han estado engañando con un discurso fomentado en los medios masivos de comunicación, y que esto ha podido evidenciarse, por ejemplo, a través de frases reiterativas como: “el Estado pierde mucho dinero a diario”, que luego utilizan como excusa para privatizar.
El bolivarianismo, contextualiza el analista, “es una ideología por los derechos de las mayorías, por la unidad de nuestros pueblos, y contra la injerencia de las potencias extranjeras en nuestros territorios, por tanto, es una definición política clara a favor de los desposeídos”.
De allí que califique como una “usurpación” la acción ejecutada por el excandidato presidencial de la derecha, Henrique Capriles Radonski, luego que en las últimas elecciones utilizara el nombre del Libertador para su comando de campaña.
“Son esos mismos sectores los que en Abril de 2002 quitaron la palabra Bolivariana al nombre la República y mandaron a sacar el cuadro del Libertador en el Palacio de Miraflores”, rememoró.

T/ Héctor Escalante F/ Luis Franco/ cortesía Juan Manuel Karg y William Hernández Ospino

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